Cómo las Escuelas en California Están Trabajando en Conjunto Hacia un Futuro Sin Residuos
22 de abril de 2025
Cada año, las escuelas en los Estados Unidos producen hasta 530.000 toneladas de residuos alimenticios. Eso incluye todo, desde comidas sin comer, a comidas empaquetadas, platos desechables, utensilios y más. El costo financiero de estos residuos es de más de $1.7 mil millones anualmente. El resolverlo podría tener un impacto mayor en el medio ambiente y en millones de familias que luchan con inseguridad alimentaria.
Afortunadamente, esta no es la única manera. Por todo California, los Profesionales en Alimentación Escolar y sus distritos lideran el movimiento hacia un futuro “sin residuos”. Este Día de la Tierra, reconocemos a los profesionales apasionados, innovadores y comprometidos quienes están trabajando para eliminar los residuos alimenticios en las escuelas. Estamos promoviendo pasos simples a seguir para cualquier escuela y distrito para lograr que sus programas sean más sustentables.
Revisar: Para eliminar los residuos alimenticios, el primer paso es entender de dónde vienen y qué los causa. Un análisis de residuos alimenticios pueden dar una mejor idea de qué tanto desperdicia un programa y lo que se tira más seguido. Cuando Upland High School, en San Bernardino County hizo una auditoría de sus residuos alimenticios, descubrieron que estaban generando más de 350 libras durante solo un periodo de almuerzo. Dos tercios del total de residuos alimenticios incluían más de 200 frutas enteras y 40 cartones de leche sin abrir. Este conocimiento les dió la habilidad de identificar en qué área podría hacer cambios para reducir los residuos en el futuro.
Reducir: La forma más efectiva de reducir la cantidad de comida desperdiciada y envolturas es no dejar que se desperdicie para empezar. Más del 60 por ciento de los residuos municipales son de envolturas, y el impacto en el medio ambiente es enorme. Al cocinar con comidas frescas en lugar de usar comidas con envolturas y empaquetadas ayuda bastante a minimizar este desperdicio. Por ejemplo, al cortar y servir frutas y vegetales frescas, no solo eliminas los residuos en envolturas si no que también incrementas la cantidad de fruta que se come y disminuye los residuos alimenticios en toda la escuela, resultando en niños y un planeta más saludable. La transición a dispensadores de leche en lugar de servir cartones de leche individuales, también ayuda a reducir los residuos en envolturas y ayuda a consumir más leche, mientras también reduce los costos para las escuelas.
Recuperar: Cuando la comida no se come, no tiene que desperdiciarse. Muchas escuelas por todo California han empezado programas para recibir comida que de otra manera se hubiera desperdiciado y la comparten con estudiantes o miembros de la comunidad que la necesitan. Thomas Jefferson High y muchas otras escuelas en Los Angeles Unified School District tienen mesas designadas para que los estudiantes y maestros devuelvan lo que no se comieron o abrieron. Los estudiantes que deseen llevarlo pueden hacerlo, y al final del día, todo lo que se queda es donado. Cientos de distritos escolares en California, tal como Irvine Unified y Alhambra Unified, también colaboran con dispensas de comida y organizaciones locales sin fines de lucro para recuperar y redistribuir las sobras de comida.
Reciclar: Los programas de reciclaje y compostaje ayudan a que las escuelas y los distritos en cada esquina del estado le dé nueva vida a las comidas y envolturas que no se han usado, y a reducir nuestra huella de carbono. Por ejemplo, las escuelas en Marin County también trabajan con Zero Waste Marin para reciclar envolturas y compostar residuos de alimentos. En el sur de California, Bret Harte Elementary en Burbank ha introducido un sistema de alta tecnología que puede convertir 100 libras de residuos alimenticios en 20 libras de compostaje con altos nutrientes que se puede usar como fertilizador, para alimentación de animales y de otras maneras.
Todos ganamos cuando reducimos al mínimo el desperdicio de alimentos. Las escuelas y los distritos ahorran dinero, menos personas y comunidades sufren inseguridad alimentaria y se reduce el impacto sobre el medio ambiente. Nos inspira la forma en que los profesionales de la alimentación escolar y los distritos trabajan juntos para crear un futuro más sostenible para todos.